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Al abrir la puerta se adentró en una casa encantada en la que estaba todo desordenado y sucio. En el recibidor encontró un reloj mágico que le hablaba y le dijo que le concedería tres deseos.
Adriana pensó en el primer deseo, pues tenía unos cabellos muy largos y un peine de oro pidió, El reloj le concedió el deseo. Estaba feliz porque iba a peinar sus cabellos con un peine dorado.
Pensó en el segundo deseo ese será para un vestido de flores bien colorido y se le concedió.
Para el tercer deseo quiso un espejo rosa para que siempre su vida fuera color de rosa....pero algo falló y en su lugar apareció una malvada bruja.
Congeló con su varita a todas las hadas del Reino.., pero, gracias a los poderes del Mago Cornelius que vivía en el Reino de Magolandia descongeló a todas las hadas.
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Y apresó a la bruja malvada que quedó en una celda por muchos años.
Y todos en el Reino de Hadalandia y Magolandia vivieron tranquilos y felices.
Y por supuesto, Adriana devolvió todos los regalos y su único deseo fue disfrutar de la pequeñas cosas que le ofrecía Hadalandia.
FIN
Cuento escrito por : Sandra Berná Zaplana y dedicado a su amiga Adriana.
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