De la mano de Dorotea viajamos desde una bonita ciudad adoquinada hasta lo más profundo de la selva, en un recorrido plagado de sabores y aromas, gracias a los pasteles de la señora Menta.
Este cuento también plantea un viaje ambiental, desde los paisajes urbanos, inspirados en el diseño y la arquitectura modernista, hasta los escenarios exóticos y exuberantes de la jungla, que beben del arte precolombino. Se funden así, en uno solo, dos lenguajes lejanos.
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