Pero Chen persiguió su sueño, y un día su obstinación se vio recompensada con el regalo de un anciano: un pincel mágico. A partir de entonces, todo lo que dibujaba Chen cobraba vida, pero Boya, el jefe del pueblo, un hombre codicioso y sin corazón, quería a toda costa conseguir el maravilloso pincel...
Os recomiendo su lectura para saber como acabará este maravilloso cuento sobre todo para los niños de 8 años...
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